
El motivo principal por el que las encías pueden enfermar está relacionado con una higiene oral deficiente. Si la limpieza diaria de la cavidad oral no es la adecuada, se tiende a favorecer la formación de placa bacteriana y la acumulación de sarro, entre los dientes y en la línea de las encías.
Esta situación supone la afectación de los tejidos circundantes, provocando una retracción de las encías y una formación de bolsas periodontales. Si no se realiza una limpieza bucal profesional o profilaxis, la gingivitis, esto es, la inflamación y enrojecimiento de las encías, puede evolucionar hasta convertirse en una periodontitis.
Para evitar la aparición de la gingivitis y de la periodontitis es fundamental intentar evitar la formación de placa o, en todo caso, proceder a su eliminación.
- Sigue una rutina diaria de higiene bucodental óptima: cepilla tus dientes, al menos, dos veces al día, usa hilo dental o cepillos interproximales y lleva a cabo enjuagues bucales. Estos últimos, en función de tus necesidades y de los consejos de tu dentista.
- Mantén una dieta sana y equilibrada, en la que los azúcares y las grasas saturadas no tengan una presencia en exceso.
- Visítanos, al menos, dos veces al año. Las revisiones odontológicas son importantes para poder detectar a tiempo posibles complicaciones orales y, en todo caso, determinar el tratamiento adecuado a ellas.